miércoles, 17 de marzo de 2010

Maya Zapata en Exclusiva con Daniel Amézquita

Actriz mexicana Maya Zapata a la que recordamos por su primer protagónico en el filme “De la calle”, sin embargo, su filmografía a sus 26 años es ya numerosa: “Gringo viejo”, “Los tres entierros de Melquíades Estrada”, “Sexo, amor y otras perversiones”, “Bordertown”, “Morirse en domingo”, “La misma luna”, “Santitos”, “Casi Divas”, entre mucha otras. Ganó el Ariel de Plata como mejor actriz por “De la calle” y el Mayahuel por “El Mago” en la misma categoría. Habló para EL HERALDO DE AGUASCALIENTES en exclusiva desde un reconocido hotel en el corazón de Hollywood.

Enciende un cigarro, cruza el pie, se planta segura en la silla, pide agua, “siempre está tomando algo” e iniciamos la conversación, una charla sin prisas, amena y fresca como el agua que nos sirvieron.

El Cine Nacional por Maya Zapata

El proceso (del cine mexicano) ha sido muy largo, desde que nací el cine de mi país está en crisis, es complicado, pero yo creo que hemos hecho esfuerzos que están logrando objetivos muy particulares. Cada vez hay más apoyo del gobierno en cuanto a crear y luego incentivar una industria, y creo que lo estamos haciendo muy bien. Muchos cineastas han estado en la lucha desde hace muchísimos años, una de ellas es la directora de IMCINE, Marisa Stavenhagen, quien además es mi amiga porque nos conocimos desde “De la calle”, ella fue la guionista, como ella han trabajado muchísimos por lograr avances dentro de la industria. La ley del impuesto sobre la renta ha sido un gran apoyo para la producción, necesitamos apoyo ahora en la distribución, porque luego se quedan estancadas las películas.

He participado en dos películas mexicanas que se estrenaron en México, “La misma luna” y “Casi divas”, con gran aceptación por parte de la audiencia, para mí fue una experiencia muy grata como actriz y como coparticipe de estos proyectos. La gente quiere ver películas propias de buena calidad. La misma luna se estrenó en Estados Unidos ganando más de 20 millones de dólares, un gran avance para la cinematografía nacional y también para la cinematografía latina.

La actriz antropóloga

Empecé cuando tenía 6 años y ha sido un trabajar constantemente, hasta que tomé la decisión de ser actriz a los 18 años con “De la calle”. Ha sido un proceso largo donde los sacrificios han sido mínimos en realidad, porque he confiado en mí, he confiado en mi carrera, he confiado en lo que quiero, en los personajes que quiero hacer. He tenido mucha suerte, pero la suerte se sustenta con el talento y he trabajado en mi talento, mucho tiempo y lo sigo haciendo, partiendo desde la observación, desde la otredad, muy importante eso. Estudié Antropología que me dio un panorama distinto, una herramienta útil a la hora de construir personajes, construyes personajes más sólidos y complejos, los entiendes y los interpretas de mejor manera.

Los valores

Finalmente el cine es una industria de oferta y demanda, mientras haya gente que siga mi trabajo, yo voy a seguir ahí para ellos, cuando ya no me necesiten seguramente estaré haciendo otra cosa (sonríe) ¡espero que no!, la verdad es que me siento una actriz muy afortunada y me siento muy contenta del lugar en donde estoy. Nunca hay que sacrificar los principios, eso es lo que te hace, lo que te forma, lo que te mantiene firme y con fuerza. En el minuto en que sacrificas tus principios y valores, empiezas a perderte a ti mismo y no sabes en qué momento esa estrella fulgurante va a dejar de fulgurar. Yo creo que es muy importante seguir en la lucha desde la conciencia, la sinceridad y la fidelidad a uno mismo.

De las mexicanas que buscan un lugar en la industria cinematográfica

Creo que hay espacio para todas, no necesariamente cumpliendo el mismo perfil o haciendo los mismos personajes. La carrera no es fácil, eso definitivamente, hay que luchar mucho, hay que estar en el lugar y en el momento indicados, hay que conocer mucha gente, hay que estar abierto a las posibilidades, considerarlas todas y discriminar a lo largo del camino. Es complicado, pero yo les diría a todas esas chicas que quieran ser como Maya Zapata, que no mermen en la seguridad, que no mermen en el sueño, porque un sueño que se pierde, es un sueño que al paso del tiempo se pudre por dentro y un día empieza a pudrir todo lo demás. Hay que lograr los sueños, yo creo firmemente en eso, creo que a veces un sueño te lleva a otro y no sabías que ese era tu verdadero sueño, ¡hay muchas cosas por descubrir!

El paso siguiente

Estoy escribiendo, tratando de dirigir mi primer cortometraje, estoy creando una productora en México… siempre hay que dar el paso siguiente.

Le enorgullece de México

A pesar de todas las desventuras, a pesar de todas las vicisitudes que como cultura hemos pasado a lo largo de nuestra historia, seguimos creyendo en nuestra forma, una forma muy sui generis de lograr las cosas, que es desde la alegría, desde la chispa, desde la gracia del mexicano, desde lo genuinos que somos. Por ejemplo, las alternativas que tomamos, no tenemos una sola forma de llegar sino miles a un mismo objetivo, y son generalmente las que más se disfrutan, las más divertidas y las más inusuales. ¡Hasta las cosas malas a veces resultan bastante chistosas!

All Inclusive

Trata de una familia que se va a un all inclusive a pasar las únicas vacaciones que han tenido en los últimos 10 años, se van todos juntos… y empezamos a conocer a una familia donde cada integrante tiene su propio conflicto. En el camino cada uno se encuentra con un ángel simbólico, que son esos seres a los que te encuentras una vez en la vida y te cambian el panorama, y te hacen, en vez de dar un giro a la derecha, uno a la izquierda, y resulta una aventura generosa.
Mi personaje es una cubana que vive en la Riviera Maya que se encuentra con el padre de la familia que tiene una crisis de conciencia brutal. Este personaje se va del resort, excusándose que tiene un asunto de trabajo que atender. Llega a un pueblito llamado Puerto Madero. Él piensa que mi personaje es una prostituta, una jinetera, luego se da cuenta de que en realidad es un ángel… y le recuerda lo que tiene que hacer, sin quererlo, no desde el intelecto sino desde la espiritualidad, desde el misticismo.

La voz de bruja

Acabo de terminar una película de animación donde yo hago la voz de la bruja. Es una bruja, que también es una especie de sirena, que trata de hacer caer a la protagonista que es una niña que quiere ser princesa. Es un viaje muy bonito en donde mi personaje entra aparentemente como un ser malvado, pero en realidad de lo que trata, es de mostrarle el verdadero ser humano que lleva por dentro a través de sus peores caras. ¡Una experiencia que disfruté como enana!

Dos nuevos proyectos

Uno es mexicano, trata sobre el culto al niño Fidencio. Este personaje era una especie de Jesucristo mexicano que vivió a principios del siglo pasado, curaba y murió joven en un accidente. Luego empezó la gente del pueblo a decir que ellos habían nacido con el don del niño Fidencio. Con el paso de los años ese culto se convirtió en una cosa magnificente, desbordada, totalmente surrealista como México es. Vas y puedes ver cualquier cantidad de curaciones, se dice que muchas de ellas son fraudes y la gente termina realmente muriéndose, pero hay veces que ves entrar ahí gente, con un cáncer y sale sana. A mí me encanta hablar de este tipo de historias, de este tipo de circunstancias que existen en tu país. Pero ya lo verán y lo dejaré a criterio de los que vean le película.

Maya Zapata también rodará una producción en Puerto Rico, “Flotarás sola”, donde hará dos personajes, una vietnamita y una puertorriqueña. Un gran reto para la joven mexicana.

Hablamos además de literatura, de Simone de Beauvoir, de Van Gogh, de Wilde, del camino de la luz, de que está enamorada y le encanta escribirlo, de que viajará lo que resta del año para ponerse a grabar el próximo año y de la posibilidad de la felicidad como un estado al que podemos acceder en cualquier momento, sin sufrimientos anteriores ni posteriores. Maya Zapata es un estuche de monerías.

jueves, 11 de febrero de 2010

In traslation.

Por Daniel Amézquita.

Amigos nada más, los demás… la selva (…)


Estoy sentado en la Gate 44 esperando mi vuelo a Los Ángeles y son las 10:40 a.m., no pude ver la ciudad de Houston, recomendación de mi Mama-ría, ¡cómo ella ha viajado tanto!

El otro día me sorprendió diciéndome que ella era “mala”, ahora la entiendo, con el tiempo uno se da cuenta de todo lo malo que pueden se los otros, por eso, uno opta por ponerse al “tú por tú”, alguna vez leí que un desconocido puede cambiar tu vida para siempre. No puedes confiar en las personas, ahora para acordar algo utilizaré un contrato, la desidia es uno de mis defectos, sin embargo, de hoy en adelante, antes de cualquier cosa, voy a ser preciso, puntual y lo más claro posible. Por eso digo que yo también me estoy volviendo un manojo de rencores: malo, malo, malo. Estuve “dándole vueltas y vueltas” al asunto durante el vuelo. Pero es de entenderse que es imposible no darles la cara a 10 años de tu vida. No puedes tirarlos a la basura, no puedes envolverlos para regalo, ni guardarlos en un closet. No caben en ningún lado, ni en el panteón, ni al pie de ningún altar, se derraman de mi alma y es imposible ponerles nombre, “la vida es bonita, pero muchos confunden bonita con sencilla” dice Mafalda, la vida es compleja, es difícil, no es como yo la imaginé de niño.


Claro que no estuve pensando las 3 horas en eso, no, también me dormí, apenas llegas a Estados Unidos y empiezas a sentir orden, orden por todos lados, son como hormigas tras el hormiguero, hormigas que hablan gritando sobre todo si son oscuras, qué si por algo el avión se cae no se les olvide el oxígeno, qué hay va el carrito por el pasillo, qué si con permiso, qué a qué va, qué cuanto dinero trae, qué la lap sólo en un recipiente, ¡oiga pero si ahí cabe todo!, ¡qué self!, ¡sabe!, ¿me tengo que quitar los zapatos? esque tengo gripa (ahora si se enojó), pero qué imprudencia la mía, es 11 de Septiembre, mil disculpas oiga, mínimo un moñito negro.

Pues ahí están sus campos todos perfectamente delineados, se repartieron rebién Texas, antes San Antonio del Bejar, osea México, ¡qué bonito lo tienen!, todo lleno de casitas con albercas, Mami Chuy ¡qué buena vida se daba por los Laredos!, ya me la imagino, en su traje de baño y su tequila derecho en la alberca gritándole a Mau que le pasara el bronceador.

¡Madre! Resulta que nomás podría traer 23 kilos, ¡Madre Mía!, yo traía casi 60, todavía la cínica me pregunta ¿trae otra maleta?, ¿¡otra maleta, a las 5 de la mañana!?, nadie sabía de las nuevas reglas de Continental Airlines, unos desocupaban maleta, otros las vaciaban. Yo pedí una prestada, la voy a regresar a la vuelta. ¡A un primo del gobernador!, me da seña, cómo si me fuera a quedar su cochina maleta. En fin, si Texas fuera aún de México, mínimo, ¡mínimo! nos ajustaría para otros dos cárteles.

Hay mucha gente india, con sus caras pálidas, sus cabellos negros y sus ojeras profundas, son silentes los indios, las mujeres mayores acostumbran aún sus ropas tradicionales, con sus puntitos redondos en la frente. Imagínense si las mexicanas anduvieran todas de chinas poblanas. Ni como hacer las casas ajenas, ni como trabajar en las fábricas. Ni como recoger la siembra.

(Ya me bajé del avión y me lancé con la Mónica, 2 horas de camino, el tráfico estaba pesadísimo, hay unas Van que son una ganga, 25 dólares y te llevan hasta la puerta de tu domicilio, cruzamos la ciudad. Estoy en el Starbucks, después de un baño, ubicado sobre Hollywood Boulevard, terminando este mail)

No me dejan de sorprender los pobladores de estas lejanas tierras: ¡aquí sí hablan solitos por la calle y blasfeman! ¿¡Qué andan drogados o qué!? A estas horas la avenida donde la gente se toma fotos con las estrellas impresas en las banquetas comienza a vaciarse, oscurece, y comienzan a salir, ¿de dónde? ¡no sé!, vagabundos, prostitutas, rockeros, ¡pero de esos pesadotes!, tatuados hasta la lengua, personas con pantalones gastados y miradas retadoras, estacionan su patinetas o bicicletas y se ponen a fumar.

Dos afro gordísimas, pero gordísimas, se están sentando enfrente de mí, se les escurren las lonjas por todos lados, pienso que ni con una sábana se podrían tapar, ¿¡Pos dónde dormirán estas cristianas, en el suelo!?, una japonesa deja al descubierto su espalda tatuada de rosas rojas y tallos con espinas, un hombre afuera pide limosna en una silla de ruedas, barbón de años, sucio de años y sin sus dos pies, sólo le cuelgan las extremidades hasta antes de los tobillos cubiertas con dos calcetines, estilando de mugre. ¿De dónde salen?, ¿en dónde viven?, ¿qué piensan? Por cada tienda de ropa de marca hay un lugar para tatuarse. La japonesa se lanza a la calle. Los últimos turistas apresuran su paso. Los recién llegados aguardan. Y pienso en Paz, en Octavio claro, “Los disidentes son el orgullo y el honor del mundo”. Y pasa un bus anunciando la nueva temporada de “Dirty Sexy Money”

Estas veniditas no han sido en vano, ya se distinguir a un chino, de un japonés, de un taiwanés. Los indios son facilísimos y no se parecen nada a los árabes que son muy mal educados, los israelís se diferencian por sus narices largas y tienen “un no sé qué”, y por supuesto, ya no confundo a los polacos con los gringos, es fácil distinguir a un colombiano, de un guatemalteco, de un argentino, de un peruano, pero me falta práctica con los bolivianos, chilenos y uruguayos. Aunque son más predecibles. También tiene su chiste especializarse en diferenciar a alguien de Jalisco, Michoacán, Veracruz, del norte, del sur o del DF. Me pasó con el de la Van del aeropuerto, dije, éste de donde será, pues claro, ¡chilangote!, ¡se confunden los camaleones!.

Mónica tiene un roomate (compañero de cuarto) ¡súper chido!, se llama Gabriel y es de Colombia, viven a 3 cuadras del corazón de Hollywood, a un lado vive la Conny, la nicaragüense, pero ella es de Miami y Miami es “patria aparte”, me dice “popi”, ¡la babieca!, pero es súper buena gente, y claro que el Gabrielito no es nada de Mónica para que no vayan a pensar mal, él está casado y tiene un bebé en Colombia, si todavía hay gente decente y buena como la Moni, pagan 1200 dólares de renta, se me hace muchísimo por el espacio, pero bueno, ya me voy porque Mónica quiere que le ayude a no-sé-qué.

Con el Jesús en la boca.


Daniel Amezquita.

PD Se me olvidaba, qué en el aeropuerto veo a una taiwanesa toda chaparrita y de primera vista dije “pobre mujerha de tener cáncer”, toda peloncita, cabizbaja y vestida de no-sé-qué santo. Pero nada, sabrá Dios de que secta será esta mujer que se deja a rapa y anda con una bata de un azul-gris más triste que mi vida… ¡y sus huarachillos!, pensé, ahora que salga de todo esto, ¡qué me haga un campito!

PD1 Te amo mamá

Fotogalería de CinEnAguas 2009, parte 2































Fotogalería de CinEnAguas 2009, parte 1